Funeral de Weng….Escribo esto para una hija, hermana, amiga, poeta, novia, mujer. Que supo darse su lugar ante las circunstancias, que no temía al fracaso, ni al olvido.
Una hija, cuya obediencia prevalecía ante todo, una hermana que supo apoyar, aconsejar, regañar, era una amiga cuyo lazo afectivo trascendía, una poeta, en cuyos versos residía todo su ser, toda su esencia, una novia que supo entregar todo sin esperar nada a cambio. Una mujer decidida a cambiar el mundo, a cambiar la historia.
Una persona que supo ser fiel a sus ideales, y dispuesta siempre a actualizar su idea. Divertida, coqueta, cuya alegría podía contagiar a muchos, una mente brillante, de ideas geniales y contradicciones al por mayor.
Sus cualidades, bueno, basta con mencionar su enorme corazón para decir que estaba llena de ellas, humilde, servicial, inteligente, alegre. Sus defectos, no tiene caso, para mi ella no los poseía, excepto, si tal vez, esa obsesión por la cocina, verla arreglar era tan gracioso, tenia que estar ordenado, casi obliga a poner las etiquetas al frente. Aún así, para mí, ella no poseía ninguna clase de desperfecto, seguía siendo tan inocente como en la niñez, aún con sus arranques intensos.
Wendy, siempre dispuesta a ayudar al otro, decía ser no cristiana, pero parecía más cristiana que los que decimos serlo, no le importaba dar todo. Sus palabras podían ser los mejores abrazos, y a la vez las dagas que atraviesan el corazón.
Ahora aquí en su funeral, no sé, cómo describir esta sensación, de respirar la muerte, de que sientes como la piel se te hace chinita chinita, el corazón chiquito chiquito, el mentón se mueve y clarito clarito sientes que las lágrimas se te salen.
Y de qué manera, agradecerle todo lo que ella hizo. Sólo diciendo, que era más que una amiga, más que una hermana, más que una hija, más que una poeta, más que una novia, más que una mujer, para mi ella era ….
Sinceridad, apoyo y alegría.
Para ti Weng…. Con todo mi cariño
Adriana